Extrañarte

El corazón anhela con fervor aquello que una vez tuvo, pero que ahora se ha ido. El aire parece más denso, el sol menos brillante y la vida un poco más vacía sin su presencia. Extrañar a un amor perdido es como un dolor constante que solo se alivia con la esperanza de volver a sentir su piel y su aliento.

Cada noche, el cielo se ilumina con las estrellas que parecen recordarme su sonrisa. Y aunque sé que quizás nunca vuelva, sigo aferrándome a la idea de que algún día, en algún lugar, nuestros caminos volverán a cruzarse y podré volver a sentir su amor ardiente y apasionado.

Mientras tanto, el recuerdo de su amor me acompaña a todas partes, como una llama eterna que nunca se apaga. Y aunque el dolor de su ausencia todavía me hace llorar, sé que el amor que nos tuvimos será siempre un tesoro precioso en mi corazón, y que su recuerdo seguirá vivo mientras yo siga existiendo.

Quizás algún día, cuando el tiempo haya sanado mis heridas y el destino haya trazado su camino, pueda volver a encontrar un amor que me haga sentir como ella lo hizo. Pero hasta entonces, seguiré extrañándola con todo mi ser, sabiendo que su amor fue lo más hermoso que he tenido en mi vida.

Y así, en medio de mi dolor y mi añoranza, sigo adelante, con la esperanza de que algún día las estrellas nos vuelvan a unir y pueda volver a sentir su amor en mi piel. Porque aunque ahora esté lejos, sé que su amor sigue siendo parte de mí, y que siempre lo llevaré conmigo, como un tesoro precioso que nadie podrá arrebatarme.

Cesar Valdez